Las campañas políticas son una suerte de obras de teatro, en donde se actúa, se sobreactúa, se inventa, se crea, se maquilla y sobre todo se difama e infunden miedo y temor. Todo esto gracias a nuestra infantil democracia, infantil por el tipo de elector que tenemos. La modalidad CAMPAÑA NEGATIVA encuentra un caldo de cultivó propicio, explicado en voz de uno de los más conocidos expertos en Marketing político -quien asesoró la campaña de Enrique Peña Nieto-, J.J. RENDON, comenta:
En nuestros países tenemos altos índices de personas que no leen, que no están informadas…sus decisiones están basadas en emociones.
Además añade que en toda campaña política se debe identificar, la incapacidad de los votantes, pues ésta, es un recurso. Habla de la ignorancia y de la inexistencia de reflexión.
Resultan interesantes estos comentarios pues contienen muchas aportaciones, que nos permiten acercarnos al pensamiento de quien ha estado involucrado en la configuración y diseño de campañas políticas y sobre todo ha puesto en práctica CAMPAÑAS NEGATIVAS en varios países, incluido el nuestro.
La necesaria reflexión posterior, es la que nace de una pregunta (cuánto tiempo dura el efecto de este tipo de campañas a largo plazo y en qué momento aparece otro fenómeno, el (EFECTO BOOMERANG), también estudiado por expertos en marketing político.
Es difícil hacer un estudio longitudinal del desarrollo, alcances y efectos a largo plazo de las campañas NEGATIVAS y de DESPRESTIGIO, pero esta elección (MÉXICO 2018) permitirá comprobar el error estratégico de las campañas NEGATIVAS a largo plazo.
Como ejemplo tenemos el caso Tabasco, desde el nacimiento de opciones distintas al partido hegemónico, en medios, -todos al servicio del PRI-, se daba una CAMPAÑA NEGATIVA, frontal y sin disimulo, que mezclaba los vocablos, ardidos, desestabilizadores, aguerridos, tribales, enfermos y mal nacidos, en contraposición con los BIEN NACIDOS honorables y buenas personas que eran los gobernantes PRIÍSTAS y sus familias. Esta estrategia funcionó durante mucho tiempo, pero 23 años después, su efecto se diluyó dejando de actuar a favor, revirtiéndose y dando lugar a una alternancia. El proceso fue el mismo CAMPAÑA NEGATIVA,PROCESO DE DILUCIÓN Y EFECTO BOOMERANG.
Hoy vemos a nivel nacional que este mismo fenómeno se está configurando, las CAMPAÑAS NEGATIVAS en contra del puntero están dejando de hacer efecto en el electorado y hasta los electores pasivos están tomando su lugar participando y cada estrategia de ataque, es desmentida o poco tomada en cuenta, con un nuevo componente -las redes sociales- que desnudan el ataque y lo revierten. Estudiar el fenómeno requiere de expertos y de tiempo, quizá el caso Tabasco pudiera servir de objeto para este análisis y asi enriquecer la disciplina del MARKETING POLÍTICO. Por lo pronto todo indica a juzgar por los últimos datos que poseemos, que a nivel nacional la CAMPAÑA NEGATIVA está dando paso a los dos siguientes procesos, DILUCIÓN Y EFECTO BOOMERANG. Y El candidato puntero sigue arriba.
Diosdado Fuentes.
AGENTE LITERARIO Y COACH DE ESCRITORES 